SEXTO B CEIP NTRA SRA ROSARIO

domingo, 3 de febrero de 2013


Cuento de ciencia ficción


Erase una vez, en un pueblo muy lejano,que vivía un niño huérfano llamado Beni.
Sus padres murieron en un accidente de avión cuando iban a visitar Egipto. Por suerte, ese día dejaron a Beni con sus abuelos.
Cuando los abuelos supieron de aquella tragedia, decidieron no contar nada a Beni, para que su nieto no sufriera. Pasaban días, semanas, y meses y Beni no paraba de preguntar todos los días que cuando vendrían sus padres.
Sus abuelos unían sus miradas y derramaban lágrimas en sus ojos, por no saber que decirle a su nieto.
No había un solo día en el que Beni no estuviera triste. Empezó muy joven a trabajar en la granja de sus abuelos, donde había muchos animales: ovejas, gallinas, vacas, un hermoso caballo y una hermosa yegua a los que adoraba y cuidaba con mucho cariño.
Entre Beni, su caballo Altanero y su yegua Canela había mucha complicidad.
Un día, su abuela decidió ir a la granja donde se encontraba su nieto. Empezó a contarle una historia irreal sobre lo que le había sucedido a sus padres. Beni no creía que sus padres estuvieran en el cielo entre las estrellas, observando todo lo que el hacia, adonde iba... Su abuela le dijo que cuando empezara a anochecer, mirara hacia el cielo y las dos estrellas mas grandes que viera, esas, eran sus padres.
Beni decidió ir a ver a sus padres. Como quería mucho a su caballo Altanero y a su yegua Canela, no quería que se perdiesen ese acontecimiento entre sus padres y él.
Cuando empezó a anochecer, fue hacia la montaña mas alta con sus dos adorados animales, se sentó en la cima a mirar a las estrellas y, de repente, se escuchó una voz muy baja:
-Hijo mío, quiero que sepas que te quiero mucho y que nunca me he olvidado de ti.
Beni se quedó perplejo cuando escuchó esa voz.-¡Mama! ¡mama! ¿dónde estás? Quiero veros y escucharos, -¡no me lo puedo creer, después de tanto tiempo sin sentiros, ni acariciaros, ni veros!
-¿y tu crees eso hijo mío?
-Estamos muy cerca de ti, más de lo que tu te imaginas. Mira hacia tras y nos veras a tu padre y a mí.
Cuando Beni echó la mirada hacia atrás, no dio crédito a lo que estaban viendo: sus ojos, eran su adorado caballo Altanero y su querida yegua Canela.
Sus padres, se habían reencarnado en sus apreciados y queridos caballos.
NEREA PÉREZ SÁNCHEZ

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